ayer deguste un instante de paz reconfortante diria yo, por calificarla de alguna manera.
alrededor de la 01:30 de la madrugada estaba yo sentado en la pergola, con los pies apoyados en el portal de entrada a la casa. leyendo brooklin follies de paul auster. viendo un partido repetido del mundial. a mi lado estaba echada mi perra boxer en una duermevela.
al terminar un capitulo entre cerré el libro, dejando un dedo en el interior indicando la ultima página que habia leido o la siguiente que leería. mi perra se levantó y apoyó su cabeza en mi regazo. yo le acaricie suavemente el morro. en ese instante tuve una sensacion de paz, tranquilidad muy agradable.
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